El tinerfeñismo llora la pérdida de Benito Joanet
Fallece a los 84 años el entrenador que lideró en 1989 el segundo ascenso del CD Tenerife a la máxima categoría. Solo dirigió el equipo blanquiazul una temporada, pero dejó en la Isla una huella imborrable.
Benito Joanet, el entrenador que llevó al CD Tenerife al ascenso a Primera División en 1989, falleció este domingo en Alicante a los 84 años de edad. Pese a que solo dirigió al representativo en la campaña 88-89, su figura simboliza a un grupo inolvidable cuyo éxito cambió transformó la historia blanquiazul.
Nacido en Esplugues de Llobregat en 1935, fue antes que entrenador portero del Espanyol y Deportivo, donde arrancó su carrera como preparador obrando como ayudante de Arsenio Iglesias. En el curso 77-78 debutó como entrenador del Hércules, al que mantuvo en Primera, y luego labró un expediente en el que figuran cinco ascensos a la máxima categoría, entre ellos el que consiguió en la Isla.
Benito Joanet fue contratado como entrenador del CD Tenerife el 28 de mayo de 1988. Tres días antes, con la liga recién finalizada, tras consumarse el descenso del Hércules a Segunda B, había sido destituido en el conjunto alicantino, con el que le restaba una temporada más de contrato, explican Juan Galarza y Luis Padilla en su libro “El CD Tenerife en 366 historias”.
Con una plantilla diseñada para ascender a Primera División, el Hércules se había complicado la existencia desde el principio y la llegada de Joanet, con el curso empezado, no evitó la caída al pozo.
Una recomendación expresa del entonces secretario técnico, José Antonio Barrios, así como su insistencia posterior, acabó por convencer al presidente blanquiazul, Javier Pérez, de fichar a Joanet para el banquillo insular.
Barrios lo conocía porque habían coincidido en el Hércules durante cuatro temporadas, cuando 'el Tigre' era futbolista y Joanet ejerció, primero como ayudante de Arsenio Iglesias y luego como primer entrenador.
En cualquier caso, la de Barrios era una apuesta arriesgada. Es verdad que el preparador catalán ya tenía en su palmarés dos ascensos a Primera División (con Castellón y Cádiz), pero sus últimas temporadas se habían saldado con decepciones. Y, además, no era el favorito de la afición, que suspiraba por el regreso de Héctor Núñez o por el fichaje de Paquito, que había llevado al modestísimo Figueras a pelear por el ascenso a Primera.
En todo caso, para el objetivo de la permanencia, Joanet podía valer. El verano no modificó el objetivo. Los fichajes no generaron excesiva ilusión y la pretemporada, que incluyó una derrota ante el Marino en la final del Trofeo Teide, alimentó un pesimismo que se confirmó en el estreno liguero, saldado con derrota como local ante el recién ascendido Salamanca.
El triunfo en el derbi canario ante la UD Las Palmas le mantuvo en el cargo un par de semanas más, pero la inmediata derrota en el Heliodoro ante el Recreativo estuvo a punto de costarle el cese. Y en aquel momento, aunque nadie lo reconocerá jamás, no tenía el apoyo unánime de la plantilla. Luego, los futbolistas acabarían adorándolo hasta ser para ellos “el tío Benito'.
De su mano, el CD Tenerife completó una segunda vuelta en progresión que le puso en la promoción de ascenso ante un Real Betis que trataba de evitar la caída a Segunda. A doble cita, ganaron los blanquiazules (4-0) en el Helidoro un inolvidable miércoles 28 de junio de 1989 y aguantaron la vuelta en Heliópolis (1-0) cuatro días después.
Un vestuario irrepetible y un liderazgo silencioso… aquel CD Tenerife logró un ascenso impensable que se empezó a fabricar en mayo de 1988, cuando Barrios y Pérez hicieron una arriesgada apuesta por un técnico que hizo méritos para ser conocido como 'Bendito' Joanet.
“Irme del Tenerife es uno de esos errores de los que sólo te das cuenta pasados los años, pues en aquel momento sentía que no podía quedarme, pues era necesario hacer muchos cambios y no me consideraba apto para reformar la plantilla”, dijo Joanet al periodista Luis Padilla en una entrevista concedida hace unos meses para un libro aún inédito.
“Es verdad que jugué muchos años en el Español y el Deportivo, que dirigí al Hércules y que años antes había ascendido con el Castellón y el Cádiz, pero lo de Tenerife fue diferente”, comentaba.
Treinta años después, al escuchar la palabra Tenerife, Joanet reconocía al entrevistador que se le venía a la memoria “una Isla en la que fui muy feliz y en la que pasé un año de mi vida en el que, profesionalmente, alcancé unas metas que no habría ni soñado”. DEP.
Fototeca: ACAN.