Ángel Arocha, la primera figura del fútbol canario
El delantero dejó el CD Tenerife para hacer carrera en el Barcelona y el Atlético Aviación, alcanzando la selección española antes de su prematura muerte durante la Guerra Civil.
Nunca un jugador había calado tan hondo en el tinerfeñismo como lo hizo Ángel Arocha (Santa Cruz de Tenerife, 1907; Lérida, 1938). Un ejemplo: tras ganar la primera Liga de la historia con el FC Barceloa hizo escala en la Isla de paso a Sudamérica y a su llegada al muelle fue aclamado por una multitud que le brindó honores de héroe. Entre vítores y halagos, la muchedumbre lo llevó en hombros hasta la sede del CD Tenerife, entonces situada en la calle Clavel.
Con solo 15 años debutó en el primer equipo blanquiazul, donde junto con Semán y Cárdenes formó un trío atacante de lujo. Luego fichó en el FC Barcelona por 750 pesetas mensuales durante la temporada 26/27, dos años antes de que naciera el campeonato nacional de Liga. Tras siete temporadas en el equipo azulgrana fichó por el Atlético de Aviación, aunque la Guerra Civil interrumpió su carrera y, fatalmente, su vida.
Arocha fue el primer futbolista tinerfeño que alcanzó la internacionalidad y marcó en el día de su debut el 26 de abril de 1931, en un partido en el que España empató a uno con Eire. La alineación de ese día es una suma de mitos: Zamora; Ciriaco, Quincoces; Martí, Solé, Castillo; Piera, Samitier, Goiburu, Arocha y Gorostiza. Ocho meses más tarde volvería a vestir la elástica nacional, curiosamente de nuevo ante los irlandeses. En esa ocasión, la selección ganó por 0-5 y Arocha volvió a contribuir con un gol.
Ligado siempre a la tierra que le vio nacer, falleció joven, muy joven, víctima de un bombardeo de la aviación republicana en el frente de Balaguer (Lleida). Ese día, y es una realidad que va más allá del tópico, murió el hombre y nació el mito, explican Juan Galarza y Luis Padilla en su libro El CD Tenerife en 366 historias.
Antes, llenó de orgullo a los ciudadanos tinerfeños, que seguían ávidos cualquier noticia que llegara de Arochita, quien nunca olvidó su vinculación a la Isla ni al CD Tenerife. Cada verano, cuando venía de vacaciones, reforzaba a los blanquiazules en los amistosos que en esas fechas se organizaban ante equipos peninsulares o extranjeros. Y siempre estaba dispuesto a ayudar a la entidad en la que se formó.
Autor del gol de la victoria del CD Tenerife en la inauguración del Stadium (actual Heliodoro Rodríguez López) en 1925, Arocha siempre fue un blanquiazul más. En diciembre de 1951, cuando el FC Barcelona disputó su primer partido amistoso en la Isla, 13 años después de su fallecimiento, jugadores y dirigentes visitantes acudieron a depositar un ramo de flores junto a su tumba, en el cementerio de Santa Lastenia. Ya en abril de 1960, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife dio el nombre de Ángel Arocha a una calle próxima al Heliodoro Rodríguez López.