Fallece Bolea, uno de los jugadores que tomó parte del primer derbi en categorías nacionales
El futbolista catalán formó parte de la plantilla del CD Tenerife que debutó en Segunda División en 1953. El CD Tenerife se ha unido este sábado a las muestras de pesar por el fallecimiento de Adolfo Bolea Sanz (Poble Sec, Barcelona, 24/3/1933), que fue j
Bolea, como se le conoció en el mundo del fútbol, resultó pieza básica para el sexto puesto final cosechado por los tinerfeñistas en el grupo Sur de Segunda División, pues formó junto a Julito y Antonio una tripleta que aportó 44 goles. También forma parte de la historia blanquiazul por haber jugado en el primer derbi ante la UD Las Palmas en categoría nacional (27 de diciembre de 1953, Estadio Insular), un duelo que acabó 1-1. Una semana antes del aquel clásico, Bolea acaparó buena parte del protagonismo, al marcar cuatro de los tantos del CD Tenerife, que goleó al RCD Mallorca (8-0)
Bajo la presidencia de Domingo Pisaca y con Carlos Muñiz como entrenador, Bolea llegó al club representativo, con solo 19 años, como fruto de una negociación con el club perico en la que entraron, además, las cesiones de Iriarte y Fernández.
En la Isla se le recuerda, también, porque participó con nota en las dos victorias obtenidas sobre el Atlético de Madrid en los amistosos del verano de 1953. Su debut tuvo lugar, precisamente, en un triangular en Gran Canaria contra los rojiblancos y la UD Las Palmas, en el que causó sensación.
El 29 de agosto, en el choque frente a los colchoneros, se convirtió en el animador de la delantera gracias a su habilidad y capacidad para el desmarque. Suyo fue el primer tanto del Tenerife, que ganó (4-3) al Aleti. En un segundo triangular, disputado en el Heliodoro, el 3 de septiembre, el Tenerife venció de nuevo (6-3) y Bolea marcó tres.
El interior zurdo catalán formó parte del primer once blanquiazul en Segunda, que escenificó en Jerez de la Frontera (12 de septiembre de 1953) su estreno en la categoría. Sus primeros goles, con todo, se demoraron hasta la sexta jornada, con la visita del Melilla, que cayó 6-3 en el Heliodoro Rodríguez López. Cuestionado durante el primer tiempo, Bolea ofreció un recital en el segundo, firmando tres dianas.
Cuentan las crónicas que la última fue una obra de arte: tras driblar al central, picándole el balón por encima, se plantó ante el portero y, anticipándose a su desesperada salida, le batió.
Más adelante, en el tramo final de la competición, fue expulsado con ocasión de la visita al Mestalla, lo que le supuso una sanción por dos partidos, aunque le quedó tiempo para disputar en el Heliodoro el clásico de la segunda vuelta (0-0) con el que concluyó la Liga y dio el ascenso de los amarillos a la máxima categoría.
Antes de regresar a Barcelona, participó en tres amistosos ante equipos brasileños, dos contra el Bangú y uno contra el Olaria. En el segundo frente al equipo del mítico Zizinho, logró otra diana para enmarcar: arrancó desde muy atrás, driblando a cuantos le salieron al paso, y se plantó solo ante el portero carioca, al que batió con facilidad.
Bolea comenzó a jugar en el Premiá (48/49), para pasar luego por el Blanes (49/50) y el San Andrés. La siguiente temporada fichó por el Espanyol, siendo cedido al propio San Andrés (52/53), CD Tenerife (53/54) y CE Sabadell (54/55). Esa misma temporada 54/55 debutó en Primera División como españolista y se enroló a continuación en el España de Tánger.
En el curso 56/57 llegó al Cádiz CF, el que al cabo del tiempo sería el club de su vida, y donde jugó hasta 1966 para afincarse después en la Tacita de Plata. Todavía hoy figura con el quinto máximo realizador del club con 54 aciertos y se le recuerda por su capacidad para el regate y porque fue “el que mejor comprendió el viento de levante”. Antes de colgar las botas jugó un año más con el Balón de Cádiz, en regionales.
Vistió la camiseta amarilla durante ocho temporadas y disputó un total de 179 partidos, todos en Segunda. En la temporada 71/72 fue reclamado para cubrir la plaza de segundo entrenador y posteriormente —y de manera interina— asumió el puesto de máximo responsable del equipo durante quince partidos de la campaña 75/76. Entrenó, igualmente, al Cádiz B, Racing Portuense, San Fernando y Puerto Real.
Este domingo en el derbi canario los jugadores blanquiazules portarán brazaletes negros en señal de luto. En el próximo encuentro en el H. Rodríguez López se guardará un minuto de silencio en su memoria. DEP.
Fototeca: ACAN